martes, 22 de mayo de 2018

13 - 4


Quizás es en éste muelle que me doy cuenta que las promesas de reencuentro, aunque sean inconsistentes, fueron hechas para aplacar un poco la crudeza de la despedida.
Para que la ilusión se vaya desvaneciendo en el tiempo y por su propio peso decante.
En vez de cortarla en seco con la dureza del último abrazo a sabiendas, de las lagrimas contenidas y a tragamoco para no admitir que posiblemente ese sea el último momento que se va a compartir.
Palabras mudas, mil. Es un gracias? un te quiero? o será tal vez miedo. Solo se ven miradas perdidas y mojadas que al encontrarse se sonríen y se despiden al dicho de "nos vamos a volver a ver".
 Alguna vez ...