domingo, 2 de junio de 2013

Comienza a sentir cómo sus manos se van llenando de pequeñas hormigas haciendo una marcha incesante, sabe lo que viene pero no sabe cómo pararlo.
El miedo la paraliza, ahora siente sus músculos entumecerse y nuevamente su amiga negra vuelve a hacerse ver.
El corazón como un reloj marcando cada segundo le dice que ya no hay marcha atras. Y finalmente llega, aunque inesperado, esperado, ese llanto que no cesa y la ahoga, pero la hace renacer...
-Ro-