lunes, 25 de noviembre de 2019

"vamos despacio para encontrarnos"

Qué tengo para decir?

Ciclos
Impermanencia mas compromiso con el ahora, con lo que hay, lo único existente.

Ansiedad
Y la manía de agregarle componentes a lo que hay en concreto
La frágil línea de convertirse en la niña de las cerillas.

Qué es mío?
Qué es tuyo?
Qué es nuestro?

Con qué de todo estamos comprometidas?

Somos capaces de respetar las tres instancias? 
Los tres espacios
El tiempo para cada cosa?

Te extraño y me olvido de esperar a que sea el tiempo de que llegues entera, de buscarme entera sin vos.

La importancia del ritmo de cada cosa

Traernos de a pedazos nos aleja de lo real.

Quién sos vos?
Quién soy yo?
Cuándo estamos siendo nosotras?

La libertad asusta
Porque en lo concreto pasan demasiadas cosas entre que te encuentro y te vuelvo a encontrar.

Y está ese miedo también
De quizas no volver a encontrarnos

Nos volvemos tercxs a veces en el amor
O más bien confundimos amor con terquedad.

Viste esa frase que dice "el amor es un estado"?  Bueno, el amor ES un estado y cuando nos volvemos tercxs no estamos precisamente amando.

Hace un tiempo ya vengo pensando que eso de que alguien nos rompa el corazón me hace un poco de ruido.
Creo que el corazón lo vamos rompiendo de a poco cuando decidimos no escuchar el ritmo que nos propone y nos atamos a ilusiones.
La realidad tiende muchísimo a romper ilusiones, un poco es su trabajo, menos mal.
Y así como confundimos amor con terquedad también solemos confundir una ilusión despabilada con un corazón roto.

El amor es un estado y no queda en Estados Unidos, ni en las comedias románticas, ni en las películas de disney, ni en el cuento que nos inventamos para no habitar la incertidumbre que nos genera la libertad.

Lo de que el amor empieza en amarse a sí mismx también es real.
Es muy loco pensar que somos la única persona con la que vamos a pasar el resto de nuestras vidas.

Yo, conmigo, es el único vínculo que tengo asegurado de acá a que me muera.
Si quiero amar a alguien incondicionalmente sería lógico que empiece por mi.

Porque me amo primero a mi puedo amar lo que se presenta cuando se presenta, y puedo seguir amando cuando nuestros caminos no se crucen más.
Y te puedo amar y seguir amándome.

Acá estoy yo
En mi cama, con mis gatas, escribiendo.
¿Puedo comprometerme con ésta realidad?
¿Puedo comprometerme conmigo y acompañarme a donde esté?

Abrazaré a la muerte que viene implícita en cada nueva vida.

Abrazaré a la vida que es posibilidad gracias a lo que se deja morir.

Te abrazaré a vos cuando llegues a tu tiempo,  cuando llegue a mi tiempo, al nuestro, ahora.

Te abrazaré cuando sea el momento aunque mi ansiedad quiera abrazarte todo el tiempo.
Entonces contaré una, dos, tres, las que sea necesarias para bajar a lo concreto y regularizar el corazón al ritmo del propio tempo.

Ya dije que el corazón es el reloj propio?
No por nada la ansiedad genera taquicardia.
Es la manía de acelerar los tiempos.

Te abrazaré cuando llegue el momento y mientras tanto pienso...
Que libertad es también seguir eligiendo generar el encuentro para tener la oportunidad de tocarnos con las yemas de los dedos.
Y dejar de elegirlo cuando se agoten los rincones.

Se nos dio la suerte de que por unos momentos nuestros relojes se sincronizaron.
Ojalá nos sigamos cruzando en los minuteros.

"Vamos despacio para encontrarnos".

viernes, 12 de abril de 2019

De algunas fugas nace el amor

Sigo mi camino
               Pase lo que pase
  Ese dolor no es mío
                              Mi ritmo 
                           Mi melodía
                  Lo que late en el corazón
   Lo percibo
   Puedo entenderlo
   Podría encarnarlo
   Mas no me corresponde
               Lo dejo pasar
               Percibo, abrazo y sigo
            No me detengo demasiado
                  Lo justo y necesario para empatizar
        No es mi trabajo absorber todo el dolor
        No es mía la inseguridad
        No son mías todas las dudas
        Sólo las que interpelan
        No las que frenan
                 Esas las percibo
                                   Y las dejo ir
           Encarno lo mío y sigo mi camino
              Al frente y directo al corazón
         Sí ablando el abrazo
           Y presencio el encuentro en las fugas
        Y después las fugas se hacen carne
                                               Y se hacen vida
           Y de la fuga se abre un mundo
                                                 El mundo
              Y de esas fugas nace el amor.

sábado, 10 de noviembre de 2018

Lo que vomita el alma


De cuantas cosas nos privamos por superstición? No fluye la vida cuando se le ponen trabas al impulso. Por miedo, por obsesión, por perfeccionismo o por el qué dirán. Inertes, no hacemos ni exploramos.

Que estanco se vuelve el mundo cuando se le ponen requisitos a la vida. El saber al final es una jaula, la religión mal procesada lleva a pensar que está bien vivir agarrotada. La religiosidad sin una guía noble y a la vez terrenal lleva a un perfeccionismo inalcanzable, al castigo divino, al autodiciplinamiento y la secreta envidia de lo mundano.

Los estándares inalcanzables y la época de la sobreinformación, del embote en lo que aparenta libertad, el fantasma de producir para ser visto. La intimidad queda relegada a un espacio del cuerpo al que no le damos cabida. Ni siquiera es ya cosa de cuatro paredes, puesto que adentro, afuera siempre está la potencial mirada de la gran red.

Siempre es igual, nos dan las herramientas y construimos nuestras propias jaulas. Desde afuera se rìen de nosotros, tenemos la puerta abierta y no nos damos cuenta.

Como en la cárcel, como en un circuito cerrado, los encerrados creamos jerarquías y pensamos que somos libres del circo de la vida. Es probable que si te sentís en completa libertad sea porque llevas el número principal, al que miran desde afuera para no pensar en el propio encierro. Somos presos de una cárcel voluntaria, que se sostiene con nuestro propio metal.

La persona que diseño el mundo tenía una mente jodidamente afilada. Se sigue sosteniendo su modelo incluso aparentando ser otra cosa. Cambia de mascara y se sigue quedando, a todas las fiestas, como invitado principal.

No hay forma de salir de este encierro, hagas lo que hagas vas a ser usado de combustible alguna vez. Todo esfuerzo se reducirá tarde o temprano al fuego que hará correr la maquinaria. Quedará para nosotros la conciencia y de a ratos ni si quiera eso.

lunes, 27 de agosto de 2018

Rendija 


Estoy parada frente a un pasillo, es largo y contiene oscuras habitaciones, o al menos deduzco que son oscuras por dentro ya que no hay ni un asomo de luz atravesando esas desesperantes puertas cerradas.
Pareciera ser que la oscuridad es tal que termina por absorber cualquier minúscula chispa que ose presentarse en este tajante silencio.
Sigo avanzando a lo largo de esta pasarela infernal, los pies me pesan a cada paso, siento que el espesor del aire cae en mis hombros como un muerto y me aplasta contra el suelo hasta casi dejarme arrodillada, pero yo sigo mi caminata al ras del piso y por momentos hasta pareciera que voy caminando por debajo.
Arriba, abajo, si voy acostada o si estoy en mis pies, ya no podría  decirlo. Todo se volvió  realmente confuso. No entiendo ya si la oscuridad  es afuera o si yo me volví ella, hay un adentro y un afuera? Se habrá consumido ya toda la luz del mundo? 
 Pienso esto mientras mis pies se siguen moviendo en piloto automático y me doy cuenta que el negro al que me estaba acostumbrando ya no es tan ciego, hay algo a lo lejos que esta cortando con la oscuridad. Efectivamente sigue existiendo la luz, pero es muy fino su rallo, lo veo, es un puerta, la luz sale de una rendija y por debajo también se filtra. Ésta puerta es la última, no está ubicada a los costados como las demás, está en frente mío, como de cara a mi, como poniéndole fin al aparentemente interminable pasillo negro.
  Mi paso ahora cesa un poco, me voy acercando lentamente hacia ella, mi andar es algo tímido y temeroso, podría decir que tengo miedo, pero por qué? Si fui yo quien añoró el fin del incierto. Sensaciones contrarias invaden mi cabeza.
Logro acercarme después de éste débil recorrido, mis pies ya no soportan, la cabeza me explota, mis ojos no ven y ahora se encandilan, algo en el pecho late fuerte y constante. Puedo ver que la puerta tiene unas cadenas selladas con un candado, me acerco y espío por la rendija, no estoy segura de qué espero encontrar pero miro igual, los ojos tardan un poco en acostumbrare pero cuando lo hacen logro ver en medio de una gran tormenta algo realmente claro. Es como si de repente una imagen feliz se posara nítida en mi mente, una imagen conocida, como si volviera a vivir un sentimiento olvidado, como si volviera a sentir.

En este momento no estoy segura de qué estaba haciendo, ni dónde me encuentro, ni qué es lo que pienso.
 No estoy segura por qué ese sentimiento tan puro estaba encadenado, alambrado, oscurecido, escondido, Por qué lo habré encontrado?
 Lo que sí estoy segura es que no quiero perderlo.
 Siento en mi interior una fuerza que nunca antes había conocido.
 El alambre ya no me lastima, las cadenas están oxidadas y viejas y las puedo cortar, el candado? el secreto para abrirlo estaba ahí adentro y sin darme cuenta solo lo abro.
Ahora que tengo esto en mis manos qué puedo hacer?
 Me aterra perderlo, creo que lo mejor es guardarlo en el lugar más profundo pero no inalcanzable, protegerlo para que nadie pueda tocarlo ni arrebatarlo.
 Salgo de la habitación, en el suelo puedo ver unos alambres y unas cadenas oxidadas, las ato como puedo en la puerta que tengo detrás, algo me dice que es lo que debo hacer. Camino instintivamente alejándome.
 Ahora estoy en un largo pasillo, me encuentro caminando en una oscuridad que se vuelve cada vez más espesa, volteo y a mis espaldas veo una puerta, creo ver que tiene un candado y unas cadenas reforzándola, son más las ganas de salir de este lugar que la intriga que me genera aquella puerta aparentemente impenetrable así que retomo mi andar.
Sigo caminando


-Ro-

martes, 22 de mayo de 2018

13 - 4


Quizás es en éste muelle que me doy cuenta que las promesas de reencuentro, aunque sean inconsistentes, fueron hechas para aplacar un poco la crudeza de la despedida.
Para que la ilusión se vaya desvaneciendo en el tiempo y por su propio peso decante.
En vez de cortarla en seco con la dureza del último abrazo a sabiendas, de las lagrimas contenidas y a tragamoco para no admitir que posiblemente ese sea el último momento que se va a compartir.
Palabras mudas, mil. Es un gracias? un te quiero? o será tal vez miedo. Solo se ven miradas perdidas y mojadas que al encontrarse se sonríen y se despiden al dicho de "nos vamos a volver a ver".
 Alguna vez ...

martes, 18 de octubre de 2016

UNA LOCA MÁS


Este último tiempo llegan a mi cada vez más imágenes, textos, notas que hacen referencia, tanto positiva como negativamente, al slogan conocido de “ni una menos”, al movimiento feminista y a la lucha que se viene acrecentando y se hace oír cada vez más.
Si bien no llevo una militancia activa visible en el tema se me hace imposible mirar para otro lado porque esto me afecta. E inevitablemente siento que tengo que tomar mi propia posición en el asunto y no así elegir un “bando”.
 Y no inocentemente digo bando, lo que me angustia y me confunde muchas veces es la tendencia en estos últimos años, y en verdad remitiéndose a la historia la tendencia general de crear enfrentamientos, de polarizar opiniones, de ser blanco o negro y elegir ciegamente un lado sin tratar de analizar cuál es el motivo por el cual gritamos, qué es lo que estamos pidiendo, por qué lo estamos pidiendo, perdiendo el sentido de la lucha.
 Creo que muchas veces empezamos cuestionándonos y terminamos optando por comprar discursos, olvidándonos de generar nuestro propio discurso, de buscar dentro nuestro los motivos.
Sin embargo hoy me siento parada en un punto decisivo en el que siento que hubo un momento de ruptura con el acostumbrado blanco-negro, se paso a algo más grande, a algo que nos incluye a todxs y cada unx de nosotrxs.
 Y hoy puedo ver que está todo al revés, que ésta lucha va más allá de ser mujer. Y como mujer me identifico en el grito de mil mujeres que se cansaron de que les digan lo que tienen que hacer, que unieron sus voces y sus fuerzas para reclamar de una vez y por todas el lugar que nos corresponde.  Hoy nos toca ser la voz de la resistencia, del cuestionamiento, de la fuerza transformadora. Hoy más que nunca quiero tomar mi lugar. Hoy me siento necesitada, por mi y por las miles de mujeres que no descubrieron aun lo que en verdad valen. Hoy creo que si logramos que todxs se cuestionen por qué sostienen lo que sostienen, si logramos al menos que escuchen razones, si logramos ver un poco más allá de un arroba y unas locas gritando, si logramos que nos den la razón, o mejor aún que entren en razón, si logramos eso, podemos lograrlo todo.
 Porque no pasa ya por ser mujer, pasa por estar cansadxs de responder a la idea que alguien más tiene de nosotrxs y de lo que deberíamos ser/hacer, y del lugar que se supone que estamos destinadxs a ocupar. Como mujer, como hombre, como niñx, como estudiante, empresarix, rico, pobre, de poder, sin poder, sometidxs, olvidadxs, de vidas vendidas, de gritos callados, de cuerpos golpeados, de valores cortados, de más y más destinos decididos externamente, de muchas mujeres menos, de mil gargantas más.
 Gritamos ni una menos.

 Les grita una loca más.

jueves, 6 de octubre de 2016

De fragmentos

Te quiero, creo
O por las dudas te quiero desde ya,
Para tener más tiempo de quererte...
Sabemos que estas cosas no suelen durar.